Supermercados Argentinos - EL HOGAR OBRERO
El "HOGAR OBRERO" era una cooperativa que otorgó créditos, construyó viviendas y desarrolló una inmensa cadena de supermercados en los 80s, con sucursales en todos los barrios porteños.
La crisis económica de comienzos de los 90 motivó su ocaso, que perjudicó a más de 200.000 ahorristas que confiaron sus depósitos, de ésta manera miles de familias quedaron en la ruina.
Se puede decir que la cooperativa fue la primera gran víctima de la década menemista (después le sucederían muchas otras) ya que entre otros desplantes el riojano le negó un préstamo para poder salvarse. Ésta empresa fue una de las 5 mejores del país junto a YPF y Gas del Estado entre otras.
EHO daba trabajo a más de 13.500 personas, tenía la mayor cadena de comercialización de productos para el consumo familiar y a través de sus planes de vivienda familiar había construido numerosos barrios y otorgado millares de créditos personales. Menem con sus planes económicos y privatizaciones las destruyo a todas.
La cadena de supermercados llamada "SUPERCOOP" (el nombre hoy daría mas para una peli de acción) fue una de las pioneras a nivel nacional, compitiendo a gran escala con el viejo almacén de barrio.
El rescate especial que aportamos al informe viene desde un hallazgo retratado en foto hoy en día en el barrio de La Paternal (Av. San Martín a mts de J.B.Justo) con un viejo, viejisimo Supercoop con su antigua marquesina que parece resistir al paso del tiempo. Debe ser la única que queda en pie.
Coto empezó como una simple carnicería y en la actualidad es la cadena de supermercados lider. Jumbo fue pionera y continúa, Norte fue vendida, Casa Tía lo mismo, Disco continúa pero fusionada y Carrefour tambien. Se suman los nuevos WallMart y los chiquitos Plaza Vea, Eki y Dia. Algunos como Ekono pasaron sin pena ni gloria y el super de los chinos es infaltable, con la heladera apagada a la noche para ahorrar, el mal trato en la atención y empleados que cobran dos mangos, aparte que cuando uno les reclama algo ellos "no entenden".
Y el clásico almacén de barrio que todavía alguno que otro sigue existiendo, con sus estantes de madera, sus oxidadas latas de galletitas y la máquina de cortar fiambre. La atención personalizada de Don Tito, el servir cada aceituna y cortar el queso fresco delante del cliente y pesarlo todo en la balanza, asi como fiarte cuando no alcanzaba la guita, corresponde a otra época que muy lejos quedo en el tiempo.
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